Sekiro: Shadows Die Twice: Un videojuego no apto para cobardes.

Sekiro™: Shadows Die Twice

Imagen extraída de Steam.

Sekiro nos pone en situación con una ambientación en el Japón Feudal donde los códigos de honor eran férreos, también las relaciones con la aristocracia. Según las tradiciones japonesas el bushido o “el camino del guerrero” es un estilo de vida. Un estricto código ético que recibía la entrega de muchos samuráis siendo leales hasta la muerte.
Bajo esta atmósfera de fantasía los creadores nos plantean más que un videojuego un total desafío que llevará al límite al jugador. “Sekiro: Shadows Die Twice” será un verdadero reto.

Imagen Extraída de Playstation.com

No es de extrañar que un estudio de culto como From Software, que han estado detrás de juegos tan exigentes como Dark Souls o Bloodborne (Estos ambientados en la fantasía medieval y tradiciones góticas.) vuelvan a repetir la fórmula cambiando totalmente de ambientación volviendo a atrapar al jugador en un juego que mantiene la línea de los anteriores.

El videojuego transcurre durante el Sengoku de Japón, en el siglo XVI. No es solo un pulso visual también dispone de una gran narrativa con correlación a ese periodo.

Sekiro nos muestra la grandeza de la lucha individual de un solitario Shinobi. Esto resalta una gran diferencia entre sus otros “juegos hermanos”. La propuesta de presentación nos da muchos más recursos como el uso de superar algunos entornos utilizando “parkour” y evadirnos completamente dentro de su temática.

El juego nos introduce en una situación donde los señores de la guerra han echo de las suyas. Los jugadores encarnan al “lobo de un solo brazo”, enfrentando a los señores de la guerra que han subyugado a la población alimentandoles el miedo bajo el puño de hierro. Un protagonista con personalidad, con un cometido de obedecer y proteger a su mastro conocido como el Descendiente Celestial. El objetivo será sobrevivir para restaurar su honor, de ahí que se vayan ligando o hilando con los diferentes códigos y comportamientos de la época con una gran versatilidad en el planteamiento de los enfrentamientos y conflictos.

La fuerza del combate reside en la katana, los golpes giran entorno a ella y esta es el arma principal del juego tanto para atacar como para bloquear al rival. Es un juego de reflejos y de aprovechar el momento oportuno por lo cual se suma el comportamiento ágil de nuestro personaje capacitado para rodar y poder saltar para escapar de ciertas situaciones. Ciertos bloqueos potenciarán los golpes posteriores con los que hay que evitar atacar sin miramientos ya que nos dará una muerte segura.

Sacudidos por enemigos por doquier el jugador deberá ahondar en la exploración del escenario para poder progresar. Pese a que se le dé prioridad a las luchas directas también es importante. Igual que en Dark Souls dispondremos de objetos de recuperación que encontraremos a lo largo del vasto mapa, aunque el reto será superar los niveles y las luchas con jefes finales e intermedios sin perder vitalidad.

El videojuego es visualmente realista y muy cauteloso con los detalles, con un entorno bastante natural en el que se desarrolla la historia acompañada de acción envolviendo a la tradición japonesa. Los paisajes atmosféricos y la noble vegetación conseguirán inducirnos en una honda satisfacción entre combate y combate, a pesar del sufrimiento constante de caer derrotado una y otra vez.

La paciencia tiene un límite. ¿Hasta donde llega la tuya? ¿Serás capaz de afrontar el reto sin perder los papeles?
Agradecemos que colabores con tu opinión en los comentarios, tanto de tus expectativas del antes y después de jugarlo o con tu punto de vista de esta nueva entrega.


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